viernes, 4 de septiembre de 2009

El Metro.....

Como todos sabemos, el Sistema de Transporte en la Ciudad de México es insuficiente y deficiente, desde los camiones, metrobús, los taxis, microbuses, el metro y los automóviles particulares, creando una contaminación excesiva en nuestro planeta, además de la alteración de las personas, entre otras cosas.
En esta ocasión hablaré del Sistema de Transporte Colectivo, mejor conocido como el metro. Para realizar un viaje en este transporte, tienes que adquirir un boleto con un costo de dos pesos, desde este momento comienza la aventura; primero encuentras una fila enorme de personas tratando de comprar un boleto, después te diriges a los andenes, en donde tienes que tener cuidado porque la gente sube y baja y no se fija por donde camina, eso sí prohibido ir lento porque ya te tocaron empujones de la gente que lleva prisa.
Es un milagro entrar al andén y otro salir. Durante el viaje siempre vas a observar acontecimientos que son repetitivos como ver a la gente pelearse, empujarse, aventar las bolsas para apartar un lugar; a las señoritas o señoras maquillarse, pintarse las pestañas, las que ya tienen práctica y aún con el movimiento quedan perfectas, algunas chavas no le atinan y se ponen plastas en la cara o les falla el pulso con el mismo movimiento del metro.
Cada persona va en lo suyo, la mayoría no cruza miradas, además no te puedes aburrir ya que hay un gran repertorio de gente que te ofrece todo a diez pesos (ni que Waldos ni que nada) que ya pasó el chavo que vende discos mp3 con más de 200 canciones y garantizado, el ciego que carga un micrófono y una bocina cantando, los indígenas (la mayoría de una sierra de Puebla) dejándote papelitos en la pierna porque no saben hablar español y necesitan una ayuda (como si todos no la necesitáramos), los enfermos de SIDA con poemas para sus medicinas, los discapacitados, en fin, un centenar de gente que sube en cada vagón, en cada estación y en cada línea tratando de ganarse la comida de cada día vendiendo o pidiendo una ayuda económica.
También vemos las técnicas de nosotras la mujeres para evitar el acercamiento de los hombres, que a veces se pasan de "listos", sin olvidar al típico señor con aliente alcohólico o al que va chiflando porque el metro se tarda en avanzar, lo cual es muy común y sobre todo cuando está lloviendo. También hay que tener cuidado en algunas estaciones como Hidalgo, Guerrero y Balderas en la línea tres del metro, ya que es imposible subir, bajar, moverte, sentarte y sobre todo respirar, que es preferible no hacerlo porque se llevarían una gran decepción.
Todos estos acontecimientos lo vemos a diario (los que viajamos en metro)y creo que es una experiencia divertida pero a la vez creadora de conflictos.

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